Mundo de fantasías…

Es allí, donde pretendemos vivir la mayor parte de nuestras vidas, y por supuesto, la mejor idea o concepción que nos ha vendido nuestra inquieta mente.
Somos tan irrealistas que pretendemos idealizar a las personas, creemos que existen los amigos, creemos en amores eternos, y cosas perfectas y duraderas que no tienen cabida en la verdadera realidad…
Tenemos conocidos, pero los llamamos amigos, esto es porque nos decimos que todos somos diferentes y hay que aceptarnos – esto como excusa para aceptar las cosas que detestamos de aquellos seres conocidos que nos rodean- y así llamarnos con más razones: amigos.

Y llega el día que en nuestro camino tropezamos con piedras más duras que la aparente amistad y las convertimos en parejas o vínculos sentimentales con otro ser, como siempre vuelve nuestro verdadero soporte, la hipocresía, que nos lleva a intentar entrar y dejar pasar a alguien ajeno a nuestro mundo para que haga con él lo que su torcida conciencia le dicte….

Un ejemplo de esto, para que las cosas se vean más claras y desde otro punto de vista que apunta al mismo comienzo de estas diatribas mías es esto. Nuestro comportamiento interesado y falso amor o amistad que sentimos hacia todo, en este caso pondré como ejemplo los animales, los perros como mascotas por ejemplo:
Decimos que los queremos y que son nuestros mejores y más fieles amigos…
Pero aun así somos tan falsos que hacemos cosas para adaptarlos a nuestro pensar y gusto, no los queremos como ellos son realmente.

Los quieren sin cola – inmediatamente se la mandamos a cortar o a amputar más bien…
Los queremos con otro perfil ojala más impresionante para los demás- entonces le mandamos a quitar las orejas o a cortarlas en forma en punta para que se vean como dicen que se verían mejor…

Y finalmente los entrenamos para que se amolden a nosotros y sean nuestros perros falderos...
Y eso es lo que queremos de todos, que sean nuestros perros falderos, que nos hallen la razón, que nos aumenten ese maldito ego que es nuestra enfermedad y que no nos juzguen.
Quisiera decir: pero no todo el mundo es así…
Pero no, lamentablemente o realmente el humano es una mezcla de trampas, egos y complejas composiciones que lo hacen tal y como son.

Simplemente no todo es igual, así que solo diferimos de polos o grados, algunos son más astutos y dobles, otros son menos pretenciosos y mas pasivos y otros quizás sean muy sinceros y no quieran pertenecer a tales cánones, pero después de todo solo somos humanos y algunos menos que eso.
No todos somos iguales, ni vamos por la vida tratando de dañar o molestar a los demás, pero si hemos seguido tejiendo una gran cadena de errores de los cuales solo nosotros mismos somos los culpables, eso es, vincularnos, enemistarnos o amigarnos con los demás seres, sin siquiera saber que somos nosotros mismos.

Y entonces que pasa…
Pasa que pretendemos moldear a los demás a nuestros designios y al mismo tiempo tratamos de comprenderlos sin siquiera saber quien está en nuestra mente, si ni siquiera haber recibido la respuesta a nuestro cuestionamiento de quienes somos.
Esperamos que tal respuesta nos la de la mente en un instante nimio, o peor aun que nos la de un completo desconocido. Pero nunca le preguntamos a nuestro silencio, a nuestro yo interior a aquello que encontramos en la introspección que poco hacemos…

Aun así siempre preferimos irnos por el camino de la amistad con desconocidos, y porque no, vincularnos sentimentalmente con seres que son otro mundo y muy en especial. Efímeros.
Pero no lo vemos así, porque nuestro mundo de fantasía, nuestras idealizaciones no nos permiten comprender lo que tenemos en frente.

Y por eso en muchas ocasiones caminamos como el burro que le ponen una zanahoria enfrente, pensando que al perseguir ese objeto externo se conseguirá eso que tanto se anhela…
Somos seres realmente increíbles e incomprensibles, somos nimios y a la vez magnos somos todo y nada, somos una mezcla de tantas cosas y nos forjamos cada vez mas y mas de más cosas… y aun con todo esto que tenemos ahí mismo, pretendemos que un ser u objeto externo nos de lo que tenemos en otro lugar más profundo.

Y cuando realmente lleguemos a ver en nuestro interior veremos esa oscuridad y ese silencio tan enmarañado que nos asustaremos al darnos cuenta que tan perdidos estamos, y que nuestro camino hacia nosotros mismos es más largo del que ya hemos recorrido por este mundo de caídas y vuelos…

Pero que aun así insistimos en vivirlo como un mundo de fantasías del cual pretendemos salir invictos sin chocar contra nada…
Pero no hay intensiones de forjarnos a nosotros mismos con y desde el fuego de nuestro interior que disipara esta oscuridad que nos tiene envueltos…

Por tal y muchas más razones nos inventamos ese mundo de fantasías el cual con falsas esperanzas esperamos que nos dure para siempre, como todo aquello que nuestra mente nos ha vendido y nosotros solo lo hemos seguido alimentando…
Solo queda esperar a no terminar como aquellos que cavan para al final darse cuenta de que es su propia tumba la que están cavando…



Daniela M.